NOTAS / OPINION
 

Cerámica Raku / por Luis Speciale - 09/2007

De aquellos tiempos, a principios del  siglo pasado, en los cuales el célebre ceramista Bernard Leach hizo sus primeras experiencias con la cerámica Raku (en su modalidad original) hasta la fecha, mucho se ha hablado, y escrito, acerca de este particular tipo de cerámica.
En nuestro país se comenzó a conocer, y difundir, a través de Rafael Martín durante los años setenta y lo que se conoció fue la versión occidental (también llamada americana) que había desarrollado, y enseñado, otro conocido ceramista, Paul Soldner.
Las técnicas del entonces llamado Raku (Occidental) mostraron, y demostraron la fascinación que ejerce el fuego no solamente en los cultores de las Artes del fuego sino también en cualquier otro espectador ocasional. En la actualidad, ya globalizada, esta manera de hacer cerámica se ha vuelto muy popular aunque, lamentablemente, no ha pasado lo mismo con su historia y especialmente su tecnología todavía afectadas de inexactitudes, prejuicios y actitudes oportunistas. Lo más notable es que no se diferencia el Raku actual (occidental) con el de sus orígenes donde la técnica empleada era muy distinta (enfriamiento en oxidación).
Tampoco se sabe, habitualmente, que el nombre Raku es el de una familia(dinastía) que lo detenta desde unos cinco siglos atrás y que por derecho propio deberían ser los únicos usuarios de esta denominación. El mismo Paul Soldner, creador  y/o difusor del estilo occidental, declaró en alguna entrevista que su versión podría llamarse de cualquier otra manera porque ya le queda muy poco en común con la versión original.
También  pocos saben que la dinastía Raku todavía perdura y en la actualidad Raku Kichiezamón, nacido en 1949, prosigue con la tradicional actividad familiar después de una sucesión, ininterrumpida, de 15 generaciones.
Asimismo mucho se ha dicho, y escrito, acerca del significado del vocablo Raku explicando que equivale a placer, felicidad, gozo, etc. Consultados al respecto algunos japoneses residentes en nuestro país nos aclaran que raku se pronuncia con ere, no con erre, y acentuado en la primera sílaba, y significa, para ellos, cómodo y/o tranquilo, aunque es más creíble, por razones obvias, lo expresado por Raku Kichiezamón cuando explica que el nombre Raku deriva del de un palacio, Juraku, para el cuál se producían, exclusivamente, las primeras cerámicas de este tipo.
Navegando por internet encontramos interesantes consideraciones del ceramista español José Antonio Sarmiento cuando utiliza el concepto de “Hikidashi”(literalmente”sacar al rojo” que incluye a todas las técnicas cerámicas donde así se procede, con independencia del tratamiento subsiguiente.
También hemos leído a algún autor trasnochado que nos previene del falso Raku “realizado sin el recurso obligatorio de la reducción en el aserrín” (textual) lo que nos induce a pensar que los creadores de esta técnica, al dejar enfriar al aire (oxidación) solamente producían falsificaciones. También al leer consejos y/o recetas nos damos cuenta de su total falta de experiencia acerca de este tema (ver Falsa información, capítulo Raku, pág.23). Otras veces nos ha llegado la oferta “del Raku sin humo” proveniente de imaginativos ceramistas que ignoran, o quizás olvidan, que así se hacía en Japón hace cinco siglos.

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