NOTAS / OPINION
 

Concepto: Un camino de comprensión/ por Pablo Campos - 09/2007

En el análisis conceptual es donde se hallan la mayoría de las veces las herramientas teóricas que fundan y fundamentan determinadas acciones o técnicas. Los conceptos son las vías abstractas por donde luego se deslizará la formación. Sin ellos, o con errores, la construcción que encaminemos se elevará de forma cosmética, vacía o hueca, cuando no sin ningún sentido.
El concepto está en las antípodas de cualquier tipo de receta -técnica o formal- y funciona como una herramienta de libertad y comprensión. Sin él, estamos presos, pues la veda al entendimiento de los fenómenos (teóricos o no) es muy grande.
Y muchas veces, para acceder a la construcción de un nuevo concepto es menester sondear en la historia, y entablar puentes que comuniquen las acciones pretéritas con las presentes, es decir, descubrir en determinada acción pasada el concepto (ya sea religioso, mágico, filosófico o mítico) y entender que para trabajar hoy, hay que fundar un concepto nuevo sobre el otro, ya sea para revalorarlo o negarlo.
Un claro ejemplo son las cerámicas precolombinas. Cuando se toman sus formas, sus símbolos y sus técnicas desprovistas de la cosmovisión que vitalizó aquella acción primaria, obtenemos una pobre imitación desprovista de sentido, un objeto muerto. Hay que entender “bien” (no nos queda la alternativa del inconsciente colectivo por ser extemporáneos) para poder “hacer bien”, ya sea en pos o detrimento.
No es difícil hallar ejemplos de estos cadáveres. En nuestro medio, es recurrente el vaciamiento conceptual y religioso de la cerámica precolombina.
Otro ejemplo es el raku del cual podríamos realizar una descripción meramente técnica del siguiente modo:
Técnica que consiste en sacar, del horno al rojo, una pieza con su cubierta de esmalte completamente fundida para inmediatamente introducirla en materiales orgánicos donde se genera (debido a la combustión instantánea y la privación de oxigeno al tapar el recipiente) una atmósfera muy rica en monóxido de carbono, carbono libre y mucho humo, lo que provoca una desoxidación (reducción) en los esmaltes y un ennegrecimiento en la pasta no esmaltada. Luego de unos minutos se saca la pieza del recipiente y se sumerge en agua fría para su posterior limpieza.
Quien haya visto alguna práctica sabrá que esto es así. Pero, ¿eso es raku? La respuesta es muy sencilla: No.
Pero no sería tan grave que se lo llame raku si se aclarara que es al estilo argentino u occidental, lo grave es que muchas veces se lo asocia con el raku japonés, y si bien la técnica tiene algún punto en común, nada tiene que ver en concepto, filosofía y significado.
Originalmente estas cerámicas se vincularon con la ceremonia del té y el budismo Zen ,desde su nacimiento. Cuencos austeros, despojados, muy cercanos al concepto de la “nada”, realizados a mano y esmaltados monocromáticamente, en rojo o negro. El único punto en común con lo que realizamos nosotros es que se sacaban las piezas al rojo, nada más. Esos cuencos no eran tratados con materia orgánica para su reducción, solo se enfriaban al aire libre.
No está mal que se haga lo que se hace acá, es lindo y divertido. Lo que está fuera de concepto, es creer que estamos realizando una práctica ancestral del Japón cuando no es así.
Otro ejemplo de error conceptual está en los diagramas triaxiales.
Es muy frecuente que se presenten estos diagramas como un método o una forma de investigación en la combinación de sustancias, esmaltes o pigmentos. Hasta se llega a hablar erróneamente de pastas triaxiales, cuando triaxial significa “de tres ejes” y no tres compuestos o minerales o materiales.
Los diagramas triaxiales son una forma gráfica de ordenar resultados de combinaciones (no solamente cerámicas) que se realizaron bajo algún tipo de hipótesis o investigación determinada, y ordenados de esa forma, tenemos una aproximación visual de zonas de interés. Los diagramas pueden ser de tres o más ejes. En rigor, estos diagramas son el final de una investigación y nunca el principio. Y ahí el error conceptual, cuando se los presenta como un método, y en verdad el método usado es la mezcla porcentual (en el caso de pesadas en gramos o fracción) o volumétrica (en el caso de las imprecisas partes). Que después ordenemos los resultados en un gráfico, es solo cuestión operativa, o demostrativa. Un análogo sería los gráficos de tortas o de barras, no son un método, son una síntesis visual de determinados datos o variables. Seria equivocado pensar que eso es un método de investigar algo, o de hacer una estadística.
Cuesta mucho abrir la brecha del pensamiento en la resolución de problemáticas. Son más sencillas las recetas. Pero comprendiendo el concepto de las cosas es donde podemos comenzar a forjar nuestra identidad en la construcción del oficio, movernos, y ser un poquito más libres a la hora de pensar.

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