NOTAS / OPINION
 

Acerca del libro Falsa Información / por Lola Botijo - 03/2008

Saber más, saber más. ¿Quién no se ha sentido poseída por una ilusión? Te arde la cabeza, estás enfebrecida; has tocado el barro y las horas se te hacen cortas, las clases insuficientes. Tomas la cartilla del banco, recuentas el dinero, te estrujas el estómago y sacas unos ahorrillos: es hora de hacer una inversión en literatura cerámica. ¿Cómo bajar la fiebre si no, cómo saciar el hambre de conocimiento?
Tu primer libro sobre cerámica. Has perdido la virginidad, la inocencia. Rehaces la fórmula que te indicaba paso por paso, una vez más, ésta sin equivocarte, en algún momento sabrás en dónde está tu error. Quizás seas algo torpe, está clarísimo: A+B=C. Venga por enésima vez, pierde tu tiempo. A+B=C. Está escrito y eso es sagrado, sagradísimo, más que las vacas en la India, más que la hostia consagrada, más que el profeta Mahoma. Lo dice un manual de cerámica, alabada sea su palabra.
La pereza intelectual, en el mejor de los casos, la estafa intelectual en el peor, la simple inexperiencia, la falta de sentido crítico jalonan los manuales y libros de cerámica. Se sedimenta la desinformación, se forma una cadena solidaria de desinformadores que se copian unos a otros , con impunidad…
¿Con impunidad? Julio Gómez se arma de ironía, y cuando no le queda más remedio de sarcasmo, pero siempre de integridad y honestidad didácticas para denunciar esa impunidad. No es oro todo lo que parece, ni cierto todo lo que se cuenta, nos dice. Tened cuidado, están jugando con vuestro dinero, con vuestras ilusiones, con vuestra ingenuidad y, lo peor, están jugando con vuestras ansias de aprender. Julio Gómez nos recuerda en Falsa información que la experiencia es un grado y que más sabe el diablo por viejo que por diablo, nos recuerda que es comprobando empíricamente como se sabe que A+B=C  u otra cosa, la que tenga que ser, pero que copiar de otros, ignorar la realidad, recurrir a conocimientos desfasados, no es sinónimo ni de ciencia ni de arte, que existe la honestidad intelectual pero que se prodiga poco.
Sin perder la sonrisa aunque a veces tengamos que torcer el gesto, Julio Gómez trata de cortar la cadena, y nuestras cadenas, de falsa información, nombrando los pecados pero no los pecadores (que suelen ser muy susceptibles). Atentos, no os confiéis, nos escribe. La experiencia, la curiosidad intelectual, os permitirán avanzar en un camino en el que si acudes a los libros de siempre tendréis que separar mucha paja del trigo.

www.lolabotijo.es/menublog.html

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