TERRACOTAS DE MATEO ALONSO EN EL MUSEO NACIONAL DE BELLAS ARTES

por Graciela Scocco / Noviembre 2013

Nos hemos referido al escultor Mateo Alonso con anterioridad en nuestra nota “Artistas en cerámica a principios del siglo XX” parte 3, publicada por Revista cerámica.
Hoy podemos apreciar su obra en la muestra temporaria* “Memoria de la escultura 1894-1914”. En la misma se exhiben dos obras de Mateo Alonso, uno de nuestros primeros escultores quien trabajó también en cerámica desde fines del siglo XIX. En esta exposición podemos conmovernos con dos piezas en esta técnica: "Indio Moribundo", que muestra un realismo evidente en su concepción y modelado y su obra "El Borracho" en la que prima un carácter irónico y satírico en su expresión, ambas están realizadas en terracota y pertenecen al patrimonio del Museo.
Consideramos que es una gran oportunidad para los ceramistas conocer el tipo de modelado y voluntad de forma empleado por el artista para sus cerámicas. Como ya lo señaláramos, la obra en cerámica de este artista era difícil de conocer porque no se exhibía, a diferencia de la gran escultura emplazada y del monumento “Cristo de los Andes”. (véase en nota difusión parte 3).
En una exposición que presentó en el año 1902 en el salón Castillo de la calle Florida, se lo consideró como el más importante valor escultórico del país, en especial por utilizar materiales considerados insólitos en su época como el yeso y la terracota. Una de sus obras fue comprada en ese momento por Eduardo Schiaffino para el Museo de Bellas Artes y gracias a ello hoy podemos apreciar esas piezas en la presente muestra.
Esas terracotas exhibidas en 1902 fueron muy bien recibidas por el público y valoradas en un artículo que publicó La Nación y en otro aparecido en La ilustración Sud Americana. Esta última presentó fotografías de obras realizadas en cerámica.
“Indio moribundo”
*La exposición finaliza el 24 de noviembre.
La Nación también comentó su exposición de 1905, que se realizó en el salón Witcomb. En esa nota se opinó que:
“… las esculturas en terracota exhibidas por “Mateo Alonso, el escultor, [quien] presenta veinte obras en tierra cocida, mármol, etc. […] reflejaron una aceptación de parte de la crítica y de parte del público hacia esta técnica porque: "Desde su primer exposición instalada como ésta en el Salón Castillo, calle Florida, el escultor argentino […] se reveló escultor de concepto y un humorista de graciosa inspiración al que no le faltaba tampoco la nota satírica”
En otra frase continúa con alabanzas hacia su trabajo en arcilla:
“Desde luego que lo que sorprende en él es su manera de expresar y materializar una idea, dándole una forma que, no por ser invariable deja de tener movimiento y vida. Es maestro también en hacer adivinar primero, vislumbrar en seguida, ver después, formas y relieves y anatomías bajo el barro tosco, que parece no trabajado, como ocurre en el " Amén", tras de cuya apariencia informe va advirtiéndose luego, el cuerpo doloroso y quebrantado de la criatura á cuya vida sólo falta la frase final, el último suspiro”.
En estas dos piezas cerámicas que en la actualidad el Museo nos permite apreciar, podemos observar y corroborar los juicios del pasado y constatar la calidad de ejecución del trabajo realizado en terracota que se manifestó en nuestro país a principios del s. XX.
Por esa razón recomendamos a todo ceramista que recorra esta importante exposición, la cual presenta un amplio panorama de los comienzos de la colección de esculturas, desde la fundación del MNBA en 1895 hasta el IV Salón de Artes Plásticas de 1914. El montaje es excelente y traza un camino interpretativo con la obra de un grupo de escultores argentinos y extranjeros del siglo XIX y principios del XX.
La curaduría de María Florencia Galesio muestra agudeza en la calidad de selección, tiene un excelente trabajo de investigación y conservación a cargo de los equipos del Museo y para esta exhibición se han restaurado asimismo muchas piezas escultóricas, algunas no exhibidas desde hace 100 años.
Un hermoso libro catálogo reúne ilustraciones de las obras presentadas con el agregado de otras que no se han podido exponer. Los textos están escritos por especialistas, registran el conocimiento de esa época, la actividad artística en Buenos Aires y otros centros culturales americanos y europeos en función de destacar el lugar de la escultura en ese período estudiado.