ALEJANDRA JONES – CERAMISTA

En el marco de estas entrevistas que nos hemos propuesto intentamos transmitir la manera en que una circunstancia tan inesperada puede incidir sobre los hábitos de trabajo y dar lugar a nuevas modalidades.
Cuando conversamos con Alejandra Jones descubrimos que además de las numerosas actividades que ya le conocíamos van apareciendo otros aspectos no tan difundidos, pero no por eso menos interesantes.
Alejandra Jones nació, vive y trabaja en su taller en Buenos Aires. Comenzó con la cerámica desde muy pequeña y luego de un paso por la docencia institucional decidió dedicarse a ella como profesión. Se formó en los talleres de importantes artistas, como Jorge Sarrible, Matha Kearns, Vilma Villaverde, Leo Tavella, Emilio Renard, Yehuda Koren, Antonio Pujía, Valeria Gonzalez  y Fabiana Barreda. También participó en residencias y simposios internacionales y es miembro de la AIC-IAC (Academia Internacional de Cerámica, Ginebra/Suiza) y de ACIA (Asociación Cerámica Internacional en Argentina). Escribió el libro: “Cerámica Raku, una técnica, una pasión” (A. Jones-A.M.Divito) y ha realizado exposiciones individuales, participado en muestras colectivas Argentina y en el exterior, recibiendo premios y menciones. (Ver CV en link) (Ver descripción de su obra )
Sobre la pandemia, Alejandra nos comenta:

» Más allá de lo terrible de la situación general, de algún modo me benefició, porque fue muy productivo para mi obra, venía trabajando mucho … y ahora tener mi tiempo, está muy bueno”

Nos cuenta que se le presentaban nuevos trabajos y los aceptaba, respondiendo siempre. A partir de marzo de 2020, al tener más tiempo libre puede hacer las cosas que antes no hacía por falta de ese tiempo.

La pandemia me dió TIEMPO para darme cuenta de las cosas a las que NO quiero volver, cosas que hacía por inercia…”

Alejandra hoy vive a 3 cuadras de su taller, en el que a partir de mayo 2020 trabajó muchísimo. Tenía dos trabajos empezados hacía 6 meses (antes del 2020), uno lo terminó y lo mandó al Salón Nacional y el otro lo enviará a la Academia(AIC-IAC). Tuvo tiempo de experimentar, modificar, colorear barbotinas, porque eso demanda mucho tiempo y no todo sale como se espera.
Siempre dio clases porque le encanta, no podría elegir entre dar clases o hacer obra. Antes del 2020 tenía muchas horas de clase. Desde 2021, con protocolo, sólo un turno presencial.
Hace 12/15 años yá había dado clases distancia y clínica presenciales.

“El año pasado retomé las clínicas, en forma virtual…fué maravilloso y salieron trabajos increíbles.”

En esta modalidad, las propone de duración anual, con clases semanales. Estas clínicas virtuales (aunque prefiere llamarlas: seguimiento de proyecto) están dirigidas a gente que quiere retomar su trabajo con lo artístico, ó que tiene mucha experiencia técnica pero no artística. La clínica es teórica, luego cada uno trabajo en su taller. En las clases cada uno va mostrando lo que tiene con fotos que se comparte en cada encuentro y son muy útiles para varias cosas:
· para hacer la obra propia, para “ordenarse”
· el trabajo grupal hace que se aprenda a “escuchar desde la mirada del otro”, que es lo que más cuesta. En las intervenciones hay hacer un gran esfuerzo para lograr “mirar la obra del otro, con los ojos del otro “, esto es un ejercicio muy valioso.
También el objetivo es sacar el temor de “para hacer una clínica, tengo que tener un gran proyecto”, no es así, el proyecto surge, lo que hay que tener es ganas.
Propone hacer un inventario y ir para atrás…porque en el hacer diario a veces se “pierden” cosas…RE-VER, escribir…hablar de obra propia, es un ejercicio muy productivo.
También este año participó de un congreso en México, por Instagram Live, su primera experiencia con esta herramienta y resultó exitosa. Siente que hoy las redes sociales son la mejor opción para mostrar obra. El año pasado la academia se juntó en Finlandia, había que mandar la obra a China. Mandó obra, se organizó todo virtualmente: reuniones, discursos, la inauguración, las obras puestas, etc.
En el 2019 recibió una alumna de una universidad de Vevey, Suiza durante un mes a hacer una residencia para su trabajo final. Trabajó todos los días durante 5/7 horas y también visitaron muestras, museos y talleres (por casualidad y por suerte coincidió por ejemplo con la muestra de Le Parc en el CCK).  A raíz de esta experiencia, Alejandra comenzó a recordar otras que tuvo durante su trabajo docente y recuerda con cariño: Fernando Mesa de Colombia, a Vania Albuquerque de Brasil, a Dora López de Santa Cruz entre otros. Todas estas personas se acercaron a ella por distintas vías y diversos intereses.
En marzo de 2020 decidió ofrecer residencias, tanto para ceramistas como para artistas de otras disciplinas que quisieran experimentar con el soporte cerámico, a extranjeros, artistas de las provincias o de Bs.As., pero lamentablemente tuvo que suspenderla por la pandemia. Es un proyecto que le queda pendiente apenas sea posible, porque se dan intercambios muy interesantes y además, por su experiencia como residente de poder dedicarse durante una semana ó dos al trabajo de taller sin otra preocupación.

“Yo aprendí en la pandemia, aprender a PARAR, porque todo me entusiasma, me proponen y todo me gusta, pero finalmente es mucha exigencia, entonces tengo que aprender a decir NO a algo que tengo ganas, tengo aprender a pensar ¿qué puedo hacer yo bien? y aunque me entusiasme, posponer o poder decir no”

Datos personales: 
Alejandra Jones
www.alejandrajones.com
Mail: alejones51@gmail.com