EL RETRATO/ por Julio Gómez - Marzo/2017
No hace mucho tiempo fui invitado por un joven ceramista, a su taller, explicándome que tenía
algo para mostrarme que podía ser de mi interés y además me dijo que le sería muy útil conocer
mi opinión, cuando llegué a su taller me pareció un lugar que ya conocía lo que se confirmó cuando
mencionó el nombre de su padre, recientemente fallecido. Este señor se había desempeñado, en la
cerámica, durante muchos años y había alcanzado cierta notoriedad, quiero aclarar que no voy a
publicar su nombre por expreso pedido de su hijo y les puedo asegurar que me dió muy buenas
razones para ello.
Después de ver algo de su producción cerámica el joven me explicó que el
motivo principal de su invitación era mostrarme un retrato de su padre que había sido realizado por
un conocido pintor, amigo suyo. En dicho retrato se podía ver al veterano ceramista trabajando en
su torno de alfarero y mirando hacia el pintor como si este fuera a fotografiarlo, lo que más llamaba
la atención era su expresión que a algunas personas les parecía estúpida pero a otros diabólica.
Cuando su hijo me pidió opinión no supe que decirle, por lo menos sin ofenderlo. A continuación me
comentó que sabía que el retrato era valioso, por la firma de su autor, y que había intentado donarlo
a distintos museos públicos e instituciones de Arte cerámico y en todos los casos había sido rechazado,
en ocasiones de bastante mala manera. En otra oportunidad lo había dejado, en consignación, en una
renombrada galería de arte y al ser expuesto, junto a otras obras, produjo un fuerte rechazo, la galerista,
muy disgustada, le dijo que que tenía varias obras reservadas que finalmente no fueron adquiridas y atribuía esta situación a la mala onda que irradiaba el retrato de su padre, cuando le pidió que se lo
devuelva lo tuvo que retirar de un patio trasero donde había quedado a la intemperie. Después de estos
incidentes no se le ocurrió otra cosa que convocarme para pedir mi consejo, lo primero que se me ocurrió
fue quemarlo pero no se lo dije, por cortesía, lo que si le dije fue que consultara con un especialista en "casos paranormales" quien seguramente le podría dar alguna explicación más autorizada. Cuando me
retiré del lugar sentí un profundo desagrado y todavía me perturba la extraña expresión de aquel viejo
ceramista.
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