CREER O REVENTAR

por Julio Gómez - 04/2001

Había oído hablar de él muchas veces, de las maneras más diversas,pero no lo conocía personalmente pue siempre enviaba a su hermana a mi negocio. Tenía fama de bicho raro, algunos decían que era medio brujo y un cliente mío me comentó que lo habían visto, el verano anterior, en un congreso internacional de travestis, realizado en la isla de Itapamarica en Brasil, y disfrazado de hombre!
Un día estaba atendiendo a otro ceramista, viejo cliente mío, y me preguntó si lo conocía, le expliqué que solamente conocía a su hermana y a continuación me comentó que él tenía que ir a verlo, por un negocio,que no se animaba a ir solo y me propuso acompañarlo, acepté lleno de curiosidad.
Al día siguiente pasé a buscarlo por su taller y fuimos, en mi auto, hasta la
zona de Parque Chás donde nos costó encontrar la dirección y cuando lo
hicimos mi acompañante me pidió que estacionara a la vuelta, en la cortada.
Cuando le pregunté por el motivo me explicó que no se sentía muy bien y que prefería esperarme en el auto, le recordé que el interesado en la entrevista era él y entonces me pidió, por favor, que fuera solo, con cualquier pretexto, y después le contara. Me pareció todo muy raro pero ya que estaba tan cerca acepté ir solo, golpeé con un llamador de mano, una manita de bronce haciendo cuernos,y al abrirse una ventanita, en la puerta de madera, pude ver la cara sorprendida de su hermana quién me pidió que esperara que iba a llamar a su hermano. Tardó bastante tiempo en abrir la puerta, lo que podría tardar un ceramista en terminar de colar una serie de moldes o en cambiarse de ropa, me hizo pasar y me preguntó por el motivo de mi visita, le expliqué que no conocía su taller y como estaba muy cerca quería aprovechar la oportunidad. Me miró, como desconfiando, y me dijo que no le gustaban las visitas imprevistas pero como su hermana le había hablado muy bien de mí en este caso haría una excepción, le agradecí y luego de atravesar un par de habitaciones, con almohadones en el suelo y alfombras superpuestas, llegamos a su taller. Allí me explicó que producía cerámicas no convencionales, amuletos, artículos fetichistas y efigies de extrañas religiones, pero que su interés mayor era difundir un libro de su autoría al que definió como un Manual de brujerías. A continuación me mostró un ejemplar en su edición de lujo, era muy pequeño, como una agenda de bolsillo,y encuadernado con finísimo cuero negro, hojas de papel de seda y en la tapa se leía, en letras de oro, su título : » El Miniaturom». Me comentó que era el libro más chico del mundo sobre este tema pero también el más efectivo, agregó que le gustaría regalarme uno pero eso traería mala suerte y me lo ofreció a precio mayorista; u$s 50.- Me excusé diciéndole que ultimamente no leía nada, por falta de tiempo y al hojearlo, brevemente, pude ver algunos dibujos bastante burdos y textos en un latín de barrio. Pareció molestarse por mi negativa y me pidió que lo disculpara pues tenía que terminar algunos trabajos, me acompañó hasta la puerta y me despidió, fríamente.
Cuando volví hasta el auto encontré a mi acompañante bastante alterado y tomándose la cabeza me explicó que un camión, recolector de basura, lo había chocado aplastando un guardabarros y torciendo una rueda, le pedí que se tranquilize pues llamaría al auxilio del Automovil Club y ellos se encargarían, cuando lo hice me enteré que estaban de huelga y no sabían hasta cuando, regresé al auto y le dije que volveríamos en un taxi, me miró, como angustiado, y me dijo que él debía haber previsto todo esto y que prefería regresar caminando, me pidió disculpas y se alejó rengueando, me llamó la atención por que vivía bastante lejos. Cuando el taxi que me llevaba chocó bastante violentamente con una camioneta pensé que tuve suerte que ocurriera cerca de mi domicilio por que a pesar de haber recibido un fuerte golpe en la pierna izquierda pude llegar hasta mi casa saltando sobre la derecha. Estuve casi una semana con hielo y calmantes y en esos días me llamó un profesor de cerámica, amigo mío, y cuando le comenté lo ocurrido opinó que lo había sacado barato por que ese tipo era un mufa de temer ! a continuación me relató varias anécdotas al respecto y luego nos espedimos.
Finalmente, al reflexionar sobre lo ocurrido, llegué a preguntarme si realmente tendría una hermana.