OLLERAS COOPERATIVAS: «Ollas de tiestos dispersos antiguos de la llanura bonaerense»

Desde el 12 al 22 de septiembre de 2024, se exponen en el Taller Galería DAWA, el grupo OLLERAS COOPERATIVAS, una muestra que denominan «Ollas de tiestos dispersos antiguos de la llanura bonaerense» .
El grupo está formado por Viviana Sansón, Ester López, Laura Sala, Elida Vallejos y
Adriana Martínez. La fotografía y las redes está a cargo de Julia Robles.

«Olleras, somos un colectivo de mujeres ceramistas que nos reconocemos en el abordaje de nuestro oficio a partir del estudio de material arqueológico cerámico de Abya Yala.
En un contexto urbano y con esa lógica de trabajar como lo hicieron los y las antiguos/as ceramistas del continente es que abarcamos todo el proceso sin resignar partes de él.
Cómo colectivo realizamos ollas con técnicas y estéticas de diversos pueblos ceramistas pero nos identificamos, esencialmente, con aquella cerámica creada en la zona donde hemos nacido y crecido. Sitio en definitiva que habitamos.
También, como forma de divulgar la preexistencia de aquellas comunidades de grandes ceramistas. De este lado del océano, ya hombres y mujeres detentaban un oficio excelente.
Pensar en llevar a las cotidianidades de quienes adquieran nuestras ollas, las formas y diseños antiguos de este territorio, es, de alguna manera como invitar al pasado a casas y particularmente cocinas a hacerse presente y convocar a un diálogo histórico y reivindicatorio en el mismo acto del alimentarse.
Específicamente esta muestra está constituida por ollas de la llanura bonaerense, es un pequeño recorrido de formas (adaptadas a nuestra contemporaneidad), y sus guardas o decoraciones que se sucedieron en una tierra donde el horizonte con su enigmática presencia creó patrones y tal vez un orden, dónde los médanos y vientos se movían constantemente cambiando paisajes y los cielos con su inmensidad pintan, aún hoy destellos de eternidad.
Tiestos dispersos es un libro de Rex González, y pensamos que la ollas son construcciones a partir de unir esos tiestos y convocarlos en nuestro trabajo para honrar a quienes nos precedieron aquí. Nombrarlos en la materialidad de nuestro trabajo. Decirlos presente.»

 

Olleras Cooperativas
El proyecto Olleras fue pensado y presentado para trabajar con mujeres en un barrio
vulnerable de Buenos Aires, pero ante la falta de interés, la idea fue llevada al interior del taller de cerámica que funciona en Avellaneda.
La idea era construir ollas de cerámica pensando ese objeto tan cotidiano y emblemático como un objeto emancipador. Sería a través de él que generar la posibilidad de sustento material e integral, y la razón en torno al cual gestar un colectivo de mujeres buscando la horizontalidad y el sentido comunal de relación. Con el complemento de que el abordaje propuesto era la cerámica de raíz precolombina, que agregaría un aporte identitario.
Hoy, somos un colectivo de cinco mujeres ceramistas de raíz precolombina. El significado de ser ceramistas de raíz precolombina es que desarrollamos el oficio a partir del estudio de la cultura material preexistente a la llegada de la conquista al continente, lo que implica formas de hacer y el bagaje simbólico que viene aparejado.
Comenzamos siendo diez ceramistas que nos reuníamos cada domingo en el taller de
Avellaneda, a ensayar ollas. Al colectivo lo llamamos cooperativa, pero al estudiar luego las
leyes de las cooperativas vimos que no nos ajustábamos a ellas. Por lo que establecimos
nuestra propia lógica de funcionamiento que es absolutamente dinámica ya que nos vamos
ordenando con diferentes situaciones que surgen y es, a través del diálogo y consenso que
continuamos.
Las ollas que nos identifican están inspiradas en las piezas originales de la llanura bonaerense ya que vivimos en el mismo territorio. Pero con adaptaciones a nuestra coyuntura porque no queremos piezas folklóricas que terminen siendo adornos. Sino que tengan y mantengan su carácter utilitario, de modo de participar en las diversas cotidianeidades activamente.
A pesar de ser un colectivo urbano, no resignamos ningún aspecto del proceso artesanal,
preparamos nuestra propia pasta, construimos manualmente las ollas con herramientas
simples y el cuerpo como apoyo esencial, apelamos a diseños antiguos recreándolos, no
usamos esmaltes, sino que la impermeabilización es por bruñido u obturación manual de los poros, horneamos a leña en hornos que nosotras mismas construimos, con leña de palets u otras maderas recicladas de la calle, impermeabilizamos con cera virgen de abeja.
Tenemos un logo diseñado por Estefy, una compañera que estuvo en el primer tiempo, que
nos identifica. Cada una de nuestras ollas parte a su nueva casa envuelta en un mantel (cuya tela es de una cooperativa familiar del Chaco) estampado con ese logo, y acompañadas de sendos textos que cuentan nuestro proyecto y la forma de uso.
Hemos optado por establecer que las ollas que creamos son del colectivo. Realizadas
individualmente, aportando así cada singularidad al conjunto, aunque unificadas en
características convenidas para cada trabajo. Por lo que los ingresos económicos son
repartidos en partes iguales. La realidad y sus circunstancias hicieron que una de nuestras
compañeras que es, además de ceramista, fotógrafa se ocupara específicamente al registro y difusión del trabajo colectivo.
A pesar de considerar la estética de la cerámica de la llanura bonaerense como identitaria, la dinámica del trabajo que, involucra un aprendizaje continuo, una búsqueda de ampliar el
conocimiento, es que abordamos otras formas a partir de múltiples inspiraciones, yendo a lo diverso en formas y sentidos. Es entonces que viajamos, a veces materialmente y otras a través de publicaciones, trayendo a nuestras interpretaciones distintas culturas prehispánicas.
A medida que fuimos andando en el tiempo, surgió la necesidad de ofrecer talleres donde
acercar a cualquier persona la posibilidad de hacerse su propia olla de cerámica. Establecimos entonces, como colectivo un formato de taller intensivo que venía trabajando individualmente una de las compañeras, con un marco conceptual, donde compartir con personas con o sin experiencia, todo el proceso de construcción de una olla. Pero con un encuadre teórico y donde las herramientas, y comidas son garantizadas por las talleristas, con la idea de, por un lado, trabajar con lo que hay en el lugar y con las ollas en acción, fuera de la idea simple de “comida incluida”, sino para contribuir desde la vivencia al recuerdo milenario de la comida cocinada en “ollas de barro”.
Desde hace dos años logramos la personería jurídica como Asociación Civil Olleras.
Somos entonces, un colectivo de Olleras cooperativas y urbanas que horizontalmente
construimos, vendemos y enseñamos a construir ollas de cerámica con las formas antiguas del oficio.
Adriana Martínez

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