SIENDO SEMILLA

Del 16 de marzo hasta el 18 de mayo de 2024 se presenta la muestra «Siendo semilla»
con obras  realizadas por Sofía Chaskita, Amanda Grehan y Sara Grehan en el Museo Casa Carnacini, ubicado en la calle Pueyrredón 2720, Villa Ballester.
Las tres artistas nos invitan a sumergirnos en un ambiente profundo, mágico y sensible. donde el encuentro, la palabra, la naturaleza y el misterio son parte de «estar siendo».

EL TIEMPO RITUAL Y LA CELEBRACIÓN DE LOS CICLOS VITALES
La apertura de esta muestra se da en coincidencia con el equinoccio de otoño. Para los pueblos ancestrales de Abya Yala, este evento marca el final de la cosecha y se corresponde con la celebración del florecimiento, más conocida como Pawkar Raymi. Para los pueblos originarios el tiempo no es lineal sino cíclico y está en estrecha vinculación con los procesos vitales de la Madre Tierra y el calendario agrícola. La celebración incluye agradecimiento y veneración, reconociendo en la fertilidad de la tierra el sustento para la vida de las comunidades.
El maíz es una planta sagrada para los pueblos de América. Su domesticación tuvo lugar hace miles de años e involucró a decenas de generaciones que lograron a través de la selección de semillas y la organización de los cultivos una gran diversidad de variedades que se convirtieron en la base de la alimentación de las comunidades.
Pawkar Raymi es la fiesta del florecimiento y marca el inicio de un tiempo de recogimiento. Es una celebración fuertemente vinculada a la energía femenina ya que son las mujeres quienes se ocupan mayoritariamente de la gestión de la cosecha. De ellas depende la clasificación de las semillas, el acopio de granos para alimentar a su gente, y la selección de aquellas que reiniciarán el ciclo en su retorno a la tierra.
La instalación cerámica de Sofía Chaskita, Celebración de la cosecha, rinde homenaje a estas prácticas ancestrales de organización comunitaria, destacando la centralidad de la participación femenina en las tareas de reproducción de la vida.
Cada semilla contiene el acervo de saberes milenarios, los matices de un sin fin de sabores y la potencia de la soberanía alimentaria de los pueblos.
Todo un entorno epistémico que da cuenta de un conocimiento colectivo centrado los procesos. El saber está en estrecha vinculación con el saber hacer y el buen vivir no es un logro individual sino una aspiración colectiva.
“El invento del maíz por los mexicanos, sólo es comparable con el invento del fuego por el hombre”.
Octavio Paz