En esta ocasión, podríamos destacar el trabajo de Cristina por una gran sensibilidad. También se caracteriza por la investigación del comportamiento de las pastas en los procesos cerámicos y también para la impresión gráfica aplicada a la porcelana, que diseña ella misma así como las tintas, en la búsqueda de nuevos lenguajes.
Sus piezas parten de una reflexión sensible y personal para conectar con el espectador a escala sensorial, a través tanto de objetos como de las instalaciones.
«Komorebi» es una palabra japonesa que se refiere a la luz del sol atravesando las hojas de los árboles y que no tiene traducción a nuestro idioma. Bajo este título, Cristina Márquez plantea una serie de obras que giran en torno a la luz y las sombras poniendo especial atención donde éstas se encuentran. A veces desde el juego, otros desde la contemplación, Komorebi nos propone una mirada diferente, tanto en cuanto a la cerámica, como del mundo que nos rodea.
Cristina Márquez
La mayoría de obras que se muestran en esta exposición han sido gestadas durante el confinamiento del pasado 2020 y representan una mirada del mundo que entra a través de la ventana. Se trata de piezas realizadas en porcelana que van desde el objeto a la instalación.