En esta oportunidad presentamos esta crítica referida al tema «Hidratación» que un conocido autor publicó en su «Manual de esmaltes cerámicos» / Tomo 2.
HIDRATACION
(Manual de esmaltes cerámicos – Tomo 2)
El autor habla, al principio de este tomo, del tema hidratación de los esmaltes y nos aconseja algunos procedimientos para hacerlo, pero olvida explicar los fundamentos o sea el porqué debemos hacerlo. Considero que es muy importante el hecho de entender lo que se va a hacer antes de hacerlo.
Cuando hablamos de hidratación de los esmaltes cerámicos no lo podemos hacer en general sino en particular. Hay esmaltes cerámicos que por su composición y/o el método de aplicación a utilizar no necesitan ser hidratados (esmaltes al aceite, para tercer fuego, esmaltes para aplicaciones serigráficas , para técnicas de aplicación en polvo seco, y otros). Solamente tenemos que hidratar aquellos esmaltes cuyos componentes sean, preferentemente, insolubles y contengan en su composición agregados de suspensión (arcillas, bentonitas) y eventualmente adhesivos orgánicos y/o también algún aditivo para controlar su reología (suspensión, viscosidad, etc.). El proceso de hidratación se realiza agregando la cantidad de agua necesaria (previamente calculada) y respetando la forma y los tiempos que la experiencia nos indica. Si la hidratación fue realizada de manera correcta observaremos que los esmaltes cerámicos se mantienen mejor en suspensión, se aplican más fácilmente y quedan mejor adheridos a la superficie de los bizcochos o piezas crudas (monococción). Luego de considerar estos detalles leemos, a continuación, las indicaciones que nos da el autor para conseguir la hidratación:
1) “usar un mortero de porcelana o vidrio y luego agregar el esmalte y el agua. Se los deberá mezclar y revolver prolongadamente hasta que no queden grumos visibles. En algunos casos será necesario tamizar la suspensión para eliminar partículas gruesas de algún ingrediente poco molido”.
2) “Las grandes fábricas de cerámica no usarán métodos manuales para “desagrumar” el esmalte y mezclarlo con el agua, sino que emplearán molinos de bolas”.
3) En algún momento previene: “Cuídese de no usar excesivo porcentaje de agua, pues así el esmalte no vitrificará correctamente”.
COMENTARIOS
1) El autor recomienda el procedimiento menos recomendable para esta operación. La forma más simple, y cómoda, utilizada en talleres y fábricas con experiencia es la de agregar primero el agua (en la cantidad calculada) y luego, lentamente, todo el esmalte seco sin revolver, pues al hacerlo se forman los grumos. A continuación se deja hidratar por lo menos 24 horas. De esta manera y con poco esfuerzo tendremos al esmalte en perfectas condiciones, lo mismo para preparar 1 kg que 1000 kg o más. Pasado ese tiempo se revuelve, suavemente, para homogeneizar la suspensión y ya se puede proceder a tamizar (se debe realizar esta operación en todos los casos, sin excepción). Lo más recomendable es usar un tamiz de malla Nº 80 de acero inoxidable. Podemos aclarar que si el ceramista no puede, por cualquier motivo, esperar las 24 horas necesarias para una perfecta hidratación, puede reducir ese tiempo a 2 ó 3 horas utilizando agua bien caliente (80º ó 90º C) En las industrias siempre es más práctico esperar las 24 horas que calentar cantidades grandes de agua.
2) El autor pasa de recomendar el uso de morteros de porcelana o vidrio (con capacidad, habitualmente, no mayor de 1 kg) a las grandes fábricas, quedando en el medio, ignorados, infinidad de talleres o pequeñas fábricas que solamente preparan cantidades que oscilan entre los 5 a 25 kg y a veces un poco más y que no tienen equipamiento especial. Afortunadamente tampoco lo necesitan pues con un recipiente de capacidad adecuada y utilizando la sencilla técnica que recomiendo ya tienen el problema solucionado.
Respecto a las grandes fábricas sentencia:
“que emplearán molinos de bolas para esta operación (hidratado o desagrumado)” y así nos revela su desconocimiento. Los molinos de bolas solamente se utilizan (por razones operativas prácticas) para preparar esmaltes cerámicos por molienda cuando los componentes utilizados están sin moler o son más gruesos que lo necesario. Los esmaltes que ya tengan la finura apropiada (promedio malla Nº 200) no deben ser hidratados en un equipo de molienda pues se pasarían de finura y esto trae otros problemas. El procedimiento normalmente empleado en dichas fábricas es el recomendado en el punto anterior (24 horas de hidratación sin revolver), después de este tiempo y si las cantidades son muy grandes se utilizan agitadores mecánicos para homogeneizar la suspensión.
En ya casi 40 años de profesión ocupé cargos de Asesor técnico y en ocasiones de Director técnico de importantes fábricas de nuestro país y en base a toda esa experiencia les puedo asegurar que esto es así. De todas maneras, y a título de ejercicio, sería conveniente que el lector interesado pruebe ambos procedimientos y aprecie la diferencia.
3 ) Aquí donde el autor nos previene acerca de la falta de vitrificación de los esmaltes cerámicos por exceso de agua de hidratación podemos aclarar que una cosa no tiene nada que ver con la otra (considerando el uso de esmaltes normales y sin contenidos solubles). La correcta vitrificación se produce en función de la cantidad de esmalte aplicado y de las condiciones óptimas de cocción. El exceso de agua que el esmalte pudiera contener solamente nos va a producir alguna incomodidad en la aplicación del mismo pero de ninguna manera problemas de vitrificación.