No es necesario tener una mirada muy aguda para descubrir que los cambios tecnológicos son veloces y cada vez mayores. Muchas veces basados sobre un mismo concepto cambian los procesos mientras que, otras veces, innovadores conceptos generan procesos inimaginados con anterioridad. Esto se debe al avance, fundamentalmente, de la electrónica y microelectrónica. Cuando hablo de avance no quiero caer en vías de discusión si es un avance para la humanidad o no, o si el supuesto adelanto tecnológico trae atraso en la calidad de vida y el medio ambiente, etc. Para desarrollar este pequeño artículo me sitúo en la siguiente arista conceptual: Hay cambios que existen, estemos o no de acuerdo, y estando de un lado u otro es menester conocerlos, pues definen determinadas características socio-culturales, amén de hacernos pensar y reflexionar.
En la industria cerámica estos cambios son muchos. Si bien algunos se escapan al alcance del pequeño o mediano taller, otros no. Es cierto que la tecnología de vanguardia esta siendo utilizada en grandes industrias, pero eso no valida que el pequeño productor, o el técnico ceramista, o el docente sea ignorante de estos nuevos procesos. Muy por el contrario.
Y es en este punto donde no encuentro unión entre los programas de las instituciones encargadas en formar supuestos técnicos en cerámica y la realidad de la técnica contemporánea. Es ya exagerada la vetustez de los programas en las escuelas. Materias realmente desperdiciadas, como ser Tecnología, donde recetas sin fundamentación, pruebas sin marco teórico, conviven con mala y falsa información.
Pero lo más extraño es un rechazo o negación a esta realidad inexorable. Nadie se hace cargo de este problema, que en parte considero causante (entre otros) de la baja matrícula de todas las escuelas, pues actúa como filtro. Es más sencillo cerrar los ojos y pensar que la cerámica artesanal es pegarle un chorizito a una pieza torneada y retorneada hasta cansarnos.
Por citar ejemplos aislados: 1) Impresoras tipo chorro de tinta para impresión de cerámicos. 2) Maquinas para producción de seriadas con control numérico. 3) Líneas de producción absolutamente automatizadas. 4) Pigmentos rojos (encapsulados) de hasta 1300ºC.
5) Moldes para colado de material plástico.
No pretendo que en las escuelas existan estas maquinas o un horno continuo de ciclo de cocción rápida de 45 minutos.
Pero, ¿es mucho pretender que se les enseñe a los alumnos qué pasa con la cerámica en la actualidad?, y si el argumento es que la enseñanza en las escuelas es artística, pregunto, ¿Se reflexiona sobre la cerámica artística contemporánea? ¿Se tiene idea que plantean hoy las nuevas corrientes artísticas? ¿Qué pasa con la cerámica en Europa, y en Oriente? ¿Se reflexiona sobre la imagen contemporánea y los nuevos lineamientos artísticos? Es real también la falta de actualización en ese campo.
El nivel de enseñanza en las escuelas es cada vez más bajo y es responsabilidad de nosotros los docentes, de los directivos principalmente y también de los alumnos. Hoy día no es tan difícil poner en Google cerámica+última tecnología, por ejemplo. Pero casi ningún alumno lo hace, casi ningún docente. Las instituciones tienen -entre otras- tres patas fundamentales: cuerpo directivo, cuerpo docente y alumnado. Cuando ninguna de las tres patas reflexiona seria y adecuadamente -cada una en su justo rol y se toman las responsabilidades acordes al lugar de acción, para de esa manera accionar y generar movimiento vital, es muy difícil un cambio positivo, claro y luminoso.
Cerámica desactualizada
por Pablo Campos - 07/2009