Desde el 5 al 12 de Julio de 2024 se expuso en el Instituto Municipal de Cerámica de Avellaneda, la muestra «TRES ALFARERAS -Barro tal vez», con obras de Susana Cortés, Mirta Funaro y Tinicha Rivarola. Av. Mitre 2724, Sarandí, Avellaneda, Pcia de Buenos Aires.
En el marco de la muestra, pudimos charlar con dos de las alfareras protagonistas, Susana Cortés y Tini Rivarola :
RC: ¿cuál es la diferencia con la muestra del 2019 en esta ciudad?
SC: es la presencia del horno a leña. En esta muestra todos los objetos fueron hechos en el horno a leña. Nosotras trabajamos con cono 8, con reducción, en horno a leña.
TR: También de concepto hay una diferencia de concepto: nos decidimos a trabajar sobre una línea determinada de objetos. Antes había coladores para frutas o para pastas, ollas, ollitas, frascos, frasquitos, tazas, jarras, jarritas, todos objetos del uso cotidiano. Esta vez, si bien hay objetos de uso cotidiano, pero hay una línea conductora que era la forma abierta, la forma abierta con tapa y la forma semicerrada. Entonces hay todo tipo de cuencos, desde el cuenco grande al cuenquito, para sostener en la mano…
RC: en estas dos últimas que vi está toda esa temática de los círculos en el piso…
SC: todo es una acción, una acción que tuviera que ver con lo estético, y pensamos en el círculo y lo que significa el círculo para cada una. El círculo que es algo que no tiene ni principio ni fin y que es algo que es contenedor: dentro del círculo podemos estar todos. Y entonces se nos ocurrió hacer un amasado de pasta con los pies en el piso formando un círculo eso lo acompañamos con un ritmo que le fuimos dando Tini y yo, Tini es la que tiene el oído musical desarrollado, ella tocó una pandereta y yo un UDU cerámico hecho por un amigo … con ese ritmo que producía el golpeteo de los instrumentos de percusión, eso era lo que nos marcaba el ritmo de la pisada… en la primera muestra hicimos un solo círculo en el que intervinimos nosotras tres, a veces una sola, a veces de a dos, pisoteando y eso es lo que nos condujo a después hacer toda esta reflexión sobre el círculo y la circularidad, la infinitud, la inclusión… Esta vuelta, como la muestra era en una escuela, si bien es una sala de exposiciones, está en el marco de una escuela de cerámica, sentimos que también era un hecho pedagógico. Entonces nos planteamos hacer varios círculos, para buscar la interacción con los estudiantes, que participen ellos en la pisoteada. Nos tocó un día de 18.000 grados bajo cero (risas). En el momento de descalzarnos para pisar esas baldosas frías, yo pensaba” ay, ¿cómo se me ocurrió esto?” porque ellas me decían, una cosa fue en La Pampa, que era mediados de diciembre, estábamos en musculosa y otra cosa era en el mes de julio, pero te parece con el frío? … la verdad es que hubo muchísima participación, se sumaron enseguida varios estudiantes, aceptaron la propuesta y vinieron a pisar con nosotras y fue muy enriquecedor, como otra forma de inauguración.
SC: en Santa Rosa teníamos 120 vasos para la performance, nos comprometimos cada una a hacer 40 vasos durante el transcurso del año y es lo que hicimos y los vasos fueron horneados a leña también, y como era en diciembre, servimos un vino. Invitamos a la gente a que elija un vaso y se tome un vinito para brindar con nosotras, siempre aclarando que no era un souvenir, que el vasito era parte de una de una actividad integradora. Después vendimos algunos, y nos quedaron casi noventa vasos, que son los que trajimos a Avellaneda. Aquí hicimos lo mismo, pero les servimos un té caliente, que fue muy agradecido, porque fue un día tan frío… Mientras tanto, estábamos hablando de todo esto, les repartimos una tarjetita y para que cada uno complete como sienta, que después se colgaban en un tablero, en forma de red y que termina siendo una especie de trama. Fue muy dinámico todo, escribían, tomaban el té, pisaban la pasta, todo hizo que fuera una inauguración diferente.
TR: hace cinco años, 2019, cuando lo hicimos en La Pampa, fue una inauguración bien formal que la complementamos con una gente que hizo una pequeña introducción con música, como un complemento de la muestra. Pero ahora, en avellaneda, el hecho de que estuvieran los tres círculos generó un ambiente de mucho bienestar, la participación de la gente fue realmente muy hermosa, a pesar de que estaba un poquito frío en el piso.
SC: finalmente, no se notó tanto el frío, terminaron haciéndola cálida, la participación y la amistad de los artesanos que participaron, la comunidad escolar que se acercó … como soy de la casa y conozco a los docentes, el día anterior fui hablando y bromeando con la gente, con los alumnos, fue una manera de la gente para que se acercara.
RC: quería saber un poquito más sobre “las tres alfareras” …
SC: Acá falta Mirta Funaro, que es la tercera de las tres mujeres alfareras, que ya se volvió a Santa Rosa.
RC: ¿y cómo es que terminaron ustedes tres, como terminaron armando grupo de trabajo?
SC: en el año 2009 yo soy convocada por la Municipalidad de Santa Rosa, por la Dirección de Educación, donde trabajaba Mirta Funaro, para del Taller Municipal de Cerámica , ella pretendía armar una Tecnicatura. Para eso necesitaba una mayor capacitación de sus docentes. Y yo empiezo a ir y a generar proyectos, y me siguieron convocando. La conozco a Tini porque ellas son amigas y trabajan juntas desde hace muchos años, hay una hermandad entre ellas, varios años después empezamos a generar algunos proyectos juntas, y cuando Mirta deja de trabajar para la municipalidad, armamos proyectos en su taller privado, de cursos, seminarios, capacitaciones, abiertas a todos los ceramistas de la zona, no a los docentes de la escuela únicamente. Así profundizamos la relación. Esos talleres los alternábamos entre el taller de Mirta y el taller de Tini, porque no están en la misma zona, entonces abarcábamos distintas geografías.
En el 2019 realizamos la muestra “Lo útil, lo bello, lo simple…lo cotidiano” (VER NOTA) en una sala de la provincia de La Pampa, Medasur, y después la trajimos a Avellaneda.
TR: «Tres Alfareras. Barro tal vez» (VER NOTA), la hicimos primero en diciembre del 23, en el Museo Provincial de La Pampa, de Santa Rosa. Y ahora en el 2024, en el IMCA. Esta muestra nace a partir de la posibilidad de presentarnos a una convocatoria que hacía el museo de Santa Rosa, La Pampa, para armar su agenda del año 23, presentamos un proyecto que incluía objetos de alta temperatura.
SC: Y todo este trabajo a control remoto…yo estoy un poco acá y un poco allá, hacer una producción, una puesta a punto de la producción entre las tres y hornear a leña… porque ellas tienen un hermosísimo horno de alta temperatura, y yo viajaba en forma periódica para trabajar, para hacer algunos seminarios y algunas capacitaciones, en el 2020 empezamos a pensar y presentamos el proyecto al museo. Fuimos las únicas artistas ceramistas pampeanas seleccionadas entre todos los artistas plásticos, para una muestra que duró dos meses prácticamente.
RC: ¿Cuál sería la principal diferencia entre la muestra del 19 y esta segunda muestra?
SC: En la primera las piezas eran sobre lo que se utiliza en la cocina todos los días, había hasta cucharones. Básicamente cuencos con tapa que no fueran frascos de cocina, sino que fueran ollas principalmente, y cuencos de cocina o cuencos abiertos y cuencos de uso que quepan en la mano, nos propusimos armar una producción un poco más pareja y que fuera todo horneado a leña, nos jugamos con eso, no solo por nuestro propio interés de seguir capacitándonos en el uso del horno a leña, sino porque eso es lo que nos podía diferenciar de otros ceramistas. No todos los ceramistas manejan ese tipo de tecnología, no todo el mundo puede tener un horno a leña, no se puede construir en el balcón de su departamento… No es una tecnología habitual en Buenos Aires. Puede ser allá más común en La Pampa, pero que sea de alta temperatura tampoco es fácil. Nos pareció que era algo que nos podía diferenciar de todos los demás ceramistas, ofrecer una muestra que sea exclusivamente de horno a leña.
SC: Yo lo que quería recalcar en esto que surgió el día de la inauguración, me pareció interesante tener en cuenta que en esta actividad que hacemos de la alfarería y del horno a leña, donde hay que poner mucho el cuerpo, quería recalcar que somos “tres mujeres grandes” haciendo esto, porque me parece que hasta ideológicamente le pone un plus a todo esto, ahora que estamos jubiladas, continuamos armando proyectos de vida que son nuevos desafíos muy enriquecedores, no solo desde lo vincular, sino desde lo profesional también.
TR: nos preguntan, por ejemplo, ¿cómo hacíamos con la leña, qué leña usábamos? yo la corto con la máquina, y después cargamos la camioneta y la descargamos. Mientras hacemos la horneada, vamos a aserraderos a buscar pallets, casi como un entretenimiento, siempre hay alguna con una barreta desarmando y sacándole clavos a los pallets… todavía ponemos el cuerpo para hacer esas tareas, nos alternamos, nos acompañamos mucho …
RC: bueno también se puede pedir ayuda y ustedes aportar desde la experiencia ¿no?
SC: También, eso será el próximo paso. En principio, contrataremos a alguien que nos consiga la leña… El trabajo de juntar la leña es un trabajo tan continuo como el de armar la pasta y hacer las piezas, juntamos la leña, la dejamos secar, vamos progresivamente armando la pila de leña para que cuando llegue el momento de hornear, tengamos todo listo. Toda la tarea se hace en forma pareja, continua y paralela.
RC: Susana, ¿en cualquier momento te vas a vivir allá?
SC: No, ellas quieren que me vaya a vivir, pero no puedo, tengo muchas raíces acá, pero para eso existen los aviones, los micros, los autos, haré dedo en la ruta …de alguna manera voy a seguir llegando.
RC: ¿y están enseñando esto que están haciendo alguien más, para que pueda hacer lo mismo, o para que las ayude? ¿Eso lo tienen en cuenta?
SC: hay personas que nos ayudan, que trabajan con nosotros y acompañan el desarmado de los pallets, pero hasta ahora no hemos conseguido un discípulo que vaya permanentemente, creo que en algún momento vamos a conseguir alguien que quiera continuar cuando nosotros no estemos y que quiera continuar haciendo las horneadas la cerámica.
RC: …para que no se pierda y que se vaya compartiendo la dinámica esta que armaron …
SC: sí eso es lo que estamos siempre intentando, invitamos a la gente que participe por supuesto, hay algunas personas que ya podrían hacer las horneadas prácticamente solas, de tantas veces que participaron, y vienen absolutamente desinteresadas … falta que ellas tengan la decisión de hacer una producción, pero podrían hacer la horneada.
RC: ¿Hay mucha movida de alfarería o cerámica en La Pampa?
TR: la alfarería requiere mucha continuidad y mucho trabajo, y quizá no es un buen gran negocio cuando uno necesita vender lo que produce, hay otras técnicas de reproducción más rápidas. Así que hay alfareras y alfareros, hay algunos que trabajan muy bien, pero se está trabajando mucho en baja temperatura, réplicas de precolombinas, otros que han empezado a modificar los diseños del precolombino y aplicarlos en diseños más modernos, y hay mucha gente que trabaja con moldes, que incluso compran, entonces alfarería propiamente dicha, hay poca.
SC: esa es la autocrítica desde una pampeana, yo que tengo una mirada de 600 kilómetros de distancia, te voy a decir que para mí sí hay una movida grande de la cerámica en La Pampa, porque La Pampa es una de las provincias menos pobladas de la Argentina. Tiene, 400.000 habitantes. Si vos sumás todos los talleres que hay de cerámica, el porcentaje de incidencia en esa cantidad de habitantes es mucho más alta que en la ciudad de Buenos Aires.
El año pasado yo hice una actividad con un grupo de gente que querían ir a La Pampa, hacer como un intercambio más personalizado con los talleres, me convocan casi como de guía turística, hablé con ellas y generosamente ellas hospedaron a todos en sus talleres, éramos casi 8 personas-ceramistas y estudiantes-, les armé un recorrido, mañana y tarde, por distintos talleres y los conecté a los ceramistas, fuimos a visitar sus talleres, y completé la grilla de los tres días sólo con la ciudad de Santa Rosa, sin tocar ningún otro pueblo porque podríamos haber ido a Pico que también hay ceramistas. Está Cristina Fiorucci, es una ceramista pampeana, y ella trabaja mucho con los talleres del interior de la provincia. Ahora ya está jubilada, pero durante mucho tiempo estuvo haciendo hornos y talleres en distintas localidades de la provincia, y no pudimos visitarla, nos circunscribimos sólo a Santa Rosa. Así que a la mirada de ella yo le hago un contrapunto.
TR: quizá más de lo que uno se imagina. Bueno, tal vez la mirada cercana no me deja ver el resto, claro.
SC: Sí, pasa siempre, que uno está más acostumbrado a ver lo que nos rodea, y si bien en Buenos Aires siempre nos creemos el ombligo del mundo, pero por ahí esto de tener una mirada desde otro lugar ayuda para valorar la cantidad que tienen ustedes…
RC: ¿planes para una próxima muestra?
SC: tenemos otras perspectivas para más adelante, una nueva edición de esto mismo para ir llevando por otros lugares, pero la situación económica está complicando todo. Vamos a ver qué podemos inventar.
Fotos: Belén Chamorro