Mientras la actividad artística de la cerámica se mostraba en los salones de esas primeras décadas del siglo, a nivel industrial podría decirse que en la época a la que hacemos referencia, prospera el interés en fomentar una industria nacional, los medios periodísticos se hacen eco de estas propuestas y no omitieron el dar a conocer emprendimientos como el que se llevó a cabo en canteras de arcilla de Balcarce en la Provincia de Buenos Aires.
Estas noticias revelaron un apoyo del gobierno por aquellas investigaciones científicas que colaborasen con el objetivo de conseguir buenas arcillas, fáciles de explotar y a la vez poder ubicar regiones aptas para villas o pueblos agrícola-ganaderos con progreso general. En una nota aparecida en Caras y Caretas se menciona uno de estos casos y se informa que se había constatado la buena calidad de la arcilla hallada por el Dr. Nágera en canteras San Agustín, las que se utilizaban para la elaboración de tejas y baldosas de muy buena calidad.(…)
