Entrevista a Celeste Medrano y Eduardo Molinari, curadores de «HUMUSIDADES»

Charlamos con los curadores de la muestra HUMUSIDADES (ver nota) , Celeste Medrano y Eduardo Molinari, y les compartimos:

Eduardo Molinari y Celeste Medrano

RC: Fuimos a la muestra y nos pareció bellísimo el texto de ustedes, muy interesante ¿Cómo surgió todo esto? ¿Cómo es la primera idea de la muestra, de juntar los colectivos?

CM: Esto surge a partir del año pasado. Nosotros tuvimos un proyecto que curó Eduardo en Pasaje 17, titulado “Saqueo”. Ahí nos conocimos trabajando, el ”Saqueo”  dialogaba con el contexto, tenía que ver con el saqueo de los territorios, de los cuerpos, etc. Ese mismo año, desde la galería lo convocan nuevamente a Eduardo para otra curaduría y él me invita a mí. Yo soy la invitada en esta propuesta. La sala pide un concepto rector. Es la propuesta estética del lugar, que el espacio expositivo se organice bajo un concepto. Al empezar a indagar entre un montón de conceptos se nos ocurrió HUMUSIDADES, que le hace tensión a HUMANIDADES. La idea es decir que tal como estamos, esta humanidad no podría seguir. Es inviable tanto desde el punto de vista ecológico como desde el punto de vista social, por toda la problemática eco social que estamos viviendo. Además, también se presentó como un concepto que nos permite transitar terrenos más artísticos, sensibilidad, otras formas de pensar, de “sentipensar”, pensar con los dedos…
Respecto a los colectivos, nuevamente la idea era tensionar el concepto de autor, preguntarnos ¿por qué no nos damos a la aventura? Realmente es una aventura y un desafío llamar a colectivos. Esto lo hace un poco más interesante porque no conversamos con una sola persona y sus particularidades, sino con todo un colectivo con sus otras particularidades.

EM: Yo vivo en Buenos Aires y visito frecuentemente a este espacio. Me invitaron el año pasado. Soy artista y docente, no hago curaduría habitualmente, no es un rol habitual. Yo participé en la muestra de aquel momento también como artista, que además estaba compuesta por tres artistas individuales y un colectivo. 
Lo que un poco nos convoca también, desde la experiencia anterior, es que cada vez hay más prácticas artísticas que se interpelan  a sí mismas acerca de las relaciones con la Tierra y las relaciones con lo que llamamos naturalezas. Entonces aparece una inquietud común con la muestra anterior que tiene que ver con  los vínculos entre los seres vivientes y los elementos de la naturaleza. Además, también se preguntan sobre el acceso y el uso de la tierra, y de qué manera repercuten en las prácticas artísticas. Lo colectivo también habla de lo común, de qué hay en común, y eso creo que es otra pregunta que HUMUSIDADES se plantea, la relación con lo común, viviente, la idea de lo comunitario, no solo lo público y lo privado, en relación a la tierra

RC: Y en base a ese concepto ¿Cómo eligen a los colectivos?

EM: “Proyecto Visitantes”, del El Hoyo, Chubut, nos pusimos en contacto por primera vez virtualmente, en pandemia y luego, en un viaje a Buenos Aires para visitar una muestra nos encontramos y me sentí muy identificado con su forma de ver el mundo. Y eso fue un poco lo que nos guió, esa intuición. Con Celeste (que es de Santa Fé) nos pareció muy importante que no fueran todos porteños, que no fuera toda gente de Buenos Aires.  A pesar de que fue más difícil, logramos establecer un diálogo primero   entre nosotros y luego con los colectivos. Cada uno aportó nombres y de ahí decantó una selección que justamente se fue achicando a partir de lo colectivo, de las relaciones que cada uno de estos colectivos establece con el barro, con la tierra. Ahí hay algo que fue muy importante, una dimensión material. ¿Qué pasa con las materialidades? La madera, el fuego, el aire, el agua, la montaña, las nubes, el asfalto.
“Proyecto Visitantes”  fue el puente con Celeste y a partir de eso, surgió la posibilidad de hacer la muestra juntos, de curarla juntos. El diálogo nos llevó inmediatamente a contactarnos con algunos grupos que cada uno conocía. En el caso, de “Barro Local”,  como exalumnos de la UNA. Celeste conoce a “Las Caudillas” en el territorio, y “Proyecto Visitantes” es una  amistad en común.

CM: La diferencia entre SAQUEO y HUMUSIDADES, es que en SAQUEO, Eduardo convocó a los artistas y nos comunicó que el concepto iba a ser “saqueo”. A partir de ahí nosotros empezamos a trabajar durante un año y medio. En cambio en HUMUSIDADES llegamos al concepto a través de los colectivos convocados. Ellos tienen el gesto de ser “lombrices” que van compostando, trabajan con la tierra, con la lana, con el territorio, con las memorias, con el compostar lo humano y lo no humano.  
“Las Caudillas del barro”, si bien empiezan como ceramistas y escultoras, después hacen cerámica expandida o barro expandido, y luego incorporan todos los elementos del ambiente, las hojas, los huesos, todo lo que es del humedal.
“Barro Local” lo mismo, trabajando con la tierra, son prácticas que en sí mismas son HUMUSIDADES. Porque ellos están pensando en el devenir con otros no humanos, con la tierra, el barro, las hojas, los territorios, las memorias, los relatos. En esta cosa que nosotros le decimos ahora de lombrices, como subterráneas, bajo tierra, saliendo de noche, como esto que menciona ahí el texto curatorial.

EM: Es una pregunta que surge en nuestras prácticas artísticas, pero también pedagógicas e investigativas. Sería una pregunta sobre qué tipo de subjetividad artística hoy en el siglo XXI, en este contexto tan particular, global, estamos deseando, estamos necesitando y deseando. La figura de la lombriz aparecía de manera muy interesante como una metáfora de esa subjetividad artística. Algo que justamente es como una especie de maraña, siempre están ahí un poco enrolladas entre sí. Algunas cosas de la conducta de la lombriz, investigándolas con Celeste, nos parecieron visualmente muy atractivas, para definir qué tipo de artistas nos interesan. 

RC: Me surge también, que la función de las lombrices es airear lo que está muy apelmazado…

CM: También es interesante… dar esta idea de transformar desechos o residuos en sustrato fértil. Nos pareció muy lindo también la idea de que respiran por la piel, no tienen pulmones sino que respiran a través de todo su cuerpo. Además, al no tener ojos tienen una sensibilidad corporal extendida como una antena, como un radar en movimiento. Por último, salen de noche y disfrutan de la noche y las estrellas. 

RC: ¿De modo que la idea en realidad es de ustedes?

EM: Sí por supuesto, Celeste propuso la palabra HUMUSIDADES, que ella toma de la obra de Donna Haraway, me explicó este concepto y dialogamos mucho. A mí me apareció de inmediato la lombriz como metáfora, y a los dos nos gustó mucho esa conjunción.

RC: ¿Cómo surgió la idea del afiche?

EM: El afiche surgió también en diálogo con Celeste. Primero tratamos de buscar justamente imágenes de las lombrices y empezamos a buscar imágenes del pasado. Distintas formas de representaciones de esta relación entre seres vivientes. Yo muchas veces utilizo en mi trabajo personal un sitio que aloja imágenes, ilustraciones, grabados, pinturas del pasado, de todo tipo de temáticas vinculadas a los astros, a los animales, a la naturaleza, a la medicina. En ese sitio apareció esta imagen, que nos atrajo a los dos. Aparece por un lado los esqueletos y por el otro la dimensión de la tierra, que tiene que ver con los ancestros, con todo lo que está enterrado y que en países con historia colonial muchos quieren que siga enterrado. De modo que aparece el compromiso con ese trabajo como de des-ocultamiento o de desenterramiento de cosas que para nosotros tienen que ver con la vida. 

CM: Los esqueletos, por lo menos para mí, están muy ligados a los ancestros, a las memorias. Y están rodeados de todos seres que justamente para nosotros son más intrascendentes, aparentemente pasan desapercibidos, porque no son ni vaca, ni caballo, ni perro. Y también recordé, que este proyecto también tuvo un trabajo previo. Con Eduardo, compartimos textos con los colectivos para que lean y después nos juntábamos en reuniones virtuales, a debatirlos, leer era ir generando las “humusidades”. De alguna manera era como como ir amasándolas. Sinceramente me acabo de dar cuenta que el primer texto fue uno de Vinciane Despret, que se llama “A la salud de los muertos”, y donde habla de la vitalidad de los muertos,  de todo lo que los muertos nos hacen hacer, los muertos también ingresando, como esta suerte de otra humanidad, a la humanidad, compostando, volviendo a pasar por memorias, volviendo a significar los territorios. Después leímos “Cortezas” de Georges Didi-Huberman, y el afiche coincidía justo, porque tiene muertos, tiene hongos, tiene el sustrato que es pura civilización, pura cultura, es como una suerte de imagen-compost. 

RC: ¿En todas las muestras los curadores trabajan previamente con los artistas?

CM: El tipo de trabajo curatorial que realizamos es posible cuando la escala del proyecto lo permite. Depende de la cantidad de artistas, de obras, de las dimensiones de la sala, de si se incluye o no un programa de charlas. En nuestro caso fue posible por la propuesta que recibimos del espacio que nos convocó. 

RC: ¿Y las obras que están expuestas? ¿Ya estaban hechas? ¿Se hicieron después del trabajo de ustedes con ellos? ¿Ellos eligieron qué exponer de acuerdo al trabajo que hicieron con ustedes?

CM: Nosotros, por las condiciones de trabajo de la galería, y por los tiempos que teníamos, elegimos colectivos que tuvieran parte del trabajo realizado. Tal vez hicieron algunos ajustes rumbo a la sala, de adaptar o de agregar detalles, pero son trabajos preexistentes. 

RC: Los únicos que no serían ceramistas serían los chicos de Proyecto Visitantes…

EM: Sí, pero yo creo que eso es interesante porque dialoga con la idea de la cerámica expandida o del barro expandido. Nosotros creemos que es importante una pregunta clave: ¿adónde está el fuego en la obra de los artistas que trabajan con la tierra? ¿solamente en el proceso de horneado cerámico? Creemos que en alguna etapa del trabajo de los Visitantes, el fuego está presente. El fuego que mantiene encendido el compromiso con su comunidad, su territorio y con todas las expresiones de lo viviente. 

RC: ¿Hay más actividades en relación a la muestra? ¿De qué se trata esto?

CM: La galería nos propuso organizar una serie de actividades. Nosotros diagramamos un ciclo que está compuesto por tres charlas, que llamamos COMPOSTAJE. La primera charla se llama HACER TIERRA, la segunda CORTEZAS y la tercera LOMBRICES.
Convocamos a distintas personalidades muy variopintas, biodiversas. Por ejemplo, en esta primera charla invitamos a Gabriela Munguía, que es una artista multimedial, y a María Carman, que es antropóloga. La idea es no hablar sobre la muestra, sino incluir a la muestra dentro de una conversación sobre las HUMUSIDADES. Y lo mismo en las otras dos charlas. Esa sería la propuesta que hacemos desde el equipo curatorial. Por eso es larga la exposición, es una característica, de la galería Pasaje 17. La organización de este tipo de encuentros para charlar y pensar entre artistas o con la comunidad, apunta a generar una pregunta que es ¿qué tipo de saberes aporta el arte a la sociedad? 

RC: ¿Algo más que quieran agregar, que quieran comentar sobre lo que han vivido, sobre los colectivos?

EM: Para mí es un proceso realmente muy hermoso que tiene que ver también con todos los que estamos involucrados. Disfrutamos mucho ir hacia lo desconocido, hacia la experiencia que nos permita conocer cosas nuevas. Existen ganas de que pasen cosas de alguna manera incierta pero que expandan, como dijo Celeste. La idea de la expansión implica construir nuestra propia historia. La unión con Celeste no es tan larga en el tiempo pero sí muy intensa por la importancia que ambos damos a la relación arte-vida.
Y en lo personal, vivo de la docencia de arte y de mi práctica en las artes visuales. Me interesa la investigación y abrir una escucha y una conversación con todo lo viviente. Escuchar qué nos dice el otro humano pero también la luna, el sol, las estrellas. Conversar, para mí de eso se trata, crecer en esa conversación común, para ver si aparecen cosas nuevas. Además, la idea de una imaginación política, que la imaginación no sea solamente volar, sino volar junto a otros hacia algún lado. Construir juntos nuestro destino. 

CM: Yo soy antropóloga disidente, trabajo en CONICET, trabajo con grupos indígenas, con animalidades, vegetalidades. Pero también hice prácticas artísticas. Ahora estoy tratando de transitarlo más. Creo que necesitamos mezclarlo todo de nuevo, el binarismo de la modernidad, el que separó naturaleza, cultura, humano-animal, arte-ciencia, es el que nos trajo hasta acá, hasta esta crisis socio-ecológica, económica, etc. Entonces, mezclarlo todo es urgente, y yo lo hago desde CONICET. Es pararse en una situación política que es difícil, porque tengo que defender “ser científica pero hago arte o soy artista pero hago ciencia” y en realidad no me importa lo que piensen, yo lo voy a mezclar todo…

 

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