Preparación de los filamentos:
Para preparar los filamentos necesitamos un crisol o recipiente refractario bajo y esmalte para metal del color elegido. Cada crisol deberá ser usado con un solo color.
Colocamos el esmalte en este recipiente y lo introducimos en el horno a una temperatura mayor que la temperatura de fusión del esmalte, luego a partir de que el esmalte funde y ya se encuentra en estado líquido retiramos el crisol del horno y procedemos al estirado de los filamentos: con una pinza, tipo bruselas, pellizcamos la superficie del esmalte fundido y estiramos hacia arriba. Según la velocidad de estirado y la fluidez del esmalte será el grosor del filamento obtenido. Finalmente, al enfriarse, los partimos y guardamos para su posterior aplicación. Los trozos de filamentos que no utilicemos pueden volver a introducirse en el crisol.
Formas de empleo de los filamentos:
Los filamentos pueden ser aplicados sobre una superficie esmaltada y/o cocida o también sobre el metal directamente. Podemos cortar los filamentos trozándolos con los dedos o con la ayuda de una pinza pequeña. Debemos proteger los ojos pues durante esta operación es posible que salten pequeños trozos de esmalte.
Se pueden obtener filamentos curvos calentando la zona a doblar con una llama pequeña, de un encendedor o una vela.
Una solución espesa de C.M.C. será el adhesivo que utilizaremos para fijar los filamentos sobre la chapa hasta su introducción en el horno.
La preparación de los filamentos es un procedimiento sencillo y en su utilización podemos emplear diferentes recursos para enriquecer los resultados :
Utilizar filamentos de esmaltes de diferente dureza, color y opacidad.
Aplicarlos en una sola cocción o en varias.
Cruzar filamentos entre sí y variar las temperaturas de cocción: con temperaturas más bajas logramos mayor definición y relieves y con más temperatura efectos sumergidos y distorsión.