Generalmente mis relatos sobre ceramistas se refieren a hechos ocurridos hace bastante tiempo y que luego, añejados en mi memoria, suelen tomar ciertos matices que los hacen más interesantes. Pero hoy relataré algo ocurrido muy recientemente, en agosto de este año, y lo hago ahora porque me parece importante que no pierda actualidad. Una tarde recibí un llamado telefónico de un señor que dijo que quería poner un aviso en esta publicación. Concertamos una entrevista y durante la misma me explicó que quería contactarse con pequeños productores ceramistas para ofrecerles negocios de exportación. Me comentó que había trabajado, varios años, con un despachante de aduana y así había aprendido el negocio. También me dijo que todavía no lo tenía bien claro pero que esperaba averiguarlo enviando muestrarios a distribuidores del exterior para que seleccionaran lo que más les conviniera. Luego me aclaró que esperaba que los ceramistas le facilitaran alguna cantidad de mercadería para dichos muestrarios y que él se encargaría de las gestiones aduaneras y gastos de envío. La idea me pareció buena pero había algo que no me gustaba, no sé bien qué era pero no me gustaba. A continuación hablamos del pago del aviso y me comentó que, por culpa del corralito, no tenía un peso aunque podría pagarme con alguna cerámica que había conseguido. Ahora me gustaba menos. Le dije que lo iba a pensar y seguramente advirtió mi desconfianza pues no me llamó más.
En los últimos tiempos han cobrado bastante desarrollo los llamados “Club del trueque”. Una de mis hijas los frecuenta habitualmente y ha observado algunas cosas interesantes. Un día fue a uno que hay en Barrio Norte, de Capital, y cuando volvió me comentó que había una persona que tenía gran variedad de artículos de de cerámica y en ese momento tuve una intuición, casi una certeza. Fui para el lugar y lo encontré ofreciendo sus cerámicas. Cuando me vió se puso pálido, intentó explicarme y finalmente quiso comprar mi silencio, por supuesto pagando con cerámicas.
Para los que quieran contactarse con este señor la dirección es: “Club del trueque de Alto Palermo”, Av. Coronel Díaz y Berutti, los domingos de 11 a 15 hs.
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por Julio Gómez - 11/2002