Charlamos con María Elisa Grisolia (@mariaelisagrisolia), artista plástica y ganadora del Gran Premio Adquisición en el 26º Salón Nacional del Vidrio en el Arte 2024, que se llevó a cabo en Berazategui, Provincia de Buenos Aires.
RC: ¿Cuál es tu formación artística?
MEG: Terminé la secundaria y luego ingresé a Siemens, donde trabajé durante 31 años en el área de ventas de tecnología. Esa fue una escuela; aprendí absolutamente todo. Cuando cumplí 25 años en la empresa, sentí que estaba llegando al final de una etapa, así decidí estudiar diseño de interiores.
RC: ¿Cuántos años tenías cuando empezaste con interiorismo?
MEG: Me recibí a los 40 años y cuando dejé Siemens, no paré de trabajar en interiorismo. Siempre estuve conectada con el mundo del arte, comenzando por la pintura. Recuerdo que conocí el vidrio cuando tenía 11 o 12 años, en la época que uno se enteraba por documentales de la televisión, cuando vi a una señora que hablaba en alemán y trabajaba con varillas de vidrio. Esa imagen se quedó grabada en mí. De adulta, empecé a investigar más sobre el tema y pasé por varios talleres (Daniela Fabián y Carlos Herzberg) hasta conocer a la artista y profesora Andrea da Ponte, ya que quería llevar mi trabajo a una tercera dimensión más elaborada.
Con mis manos hago todo: costura, tejido a dos agujas, a máquina y al crochet. También manejo la soldadora, la amoladora y hago trabajos de electricidad; madera, tapicería, pintura, escultura, mosaico, madera. Mis manos son mi herramienta número uno. Hace tres años empecé a estudiar piano y ahora estoy incursionando en la cerámica. Nunca dejo de agregar elementos que me den la posibilidad de expresarme.
RC: ¿y cuál fue la diferencia con Andrea?
MEG: Cuando conocí a Andrea da Ponte, que fue durante la pandemia, llegué a un nivel de trabajo con el vidrio mucho más técnico, logrando piezas muy complejas. En los talleres, siempre hay espacio para experimentar, pero en este arte podes experimentar un poco y otro poco no. Hay mucha química y técnica involucradas; podés experimentar, pero siempre sobre una base técnica y de conocimiento. Y eso lo logre junto a ella: la cera perdida, la moldería, transferencia de imagen, ausencia, presencia….mucho.
RC: Y llegaste a presentar obra en el Salón de Berazategui…
MEG: Sí, es la segunda vez que me presento al Salón Nacional del vidrio en Berazategui. Esta vez, presenté mi obra “Atrapados en la Esperanza” utilizando la técnica de pasta de vidrio. Cuando me enteré de que me habían otorgado el Gran Premio Adquisición y que mi obra quedaría en el Museo del Vidrio de Berazategui, me emocioné muchísimo, me lloré todo, estaba y estoy tremendamente feliz. ¡¡¡Es un honor estar en esa institución!!!
RC: Tu obra es muy impactante, viendo en detalle tu obra, con esos bebés…
MEG: La técnica de pasta de vidrio molido se trabaja con distintas granulometrías, y yo elegí la más finita, que se parece a trabajar con sal. Se forma una masa con algunos aglutinantes y se modela con toda la dificultad que implica. Para los bebes me apoye en moldes ya que realice más de 60 para esta obra. Para cada rollo estire y corte la pasta y los arme sobre cartón para luego hornear a unos 800º.
La obra me llevo casi un año, y necesite muchos rollos con bebes para llegar a unos 50 cm de altura y los monte sobre un vidrio circular modelado.
RC: ¿Y cuál es el concepto de la obra?
MEG: Cuando empecé a trabajar en la obra y llevé el primer rollo al grupo, cada uno estaba trabajando en su propia temática, y la recepción fue muy fuerte…
RC: Es que a los rollos quedan atados bebés…
MEG: Si, quise imitar el cordón de las zapatillas.
He estado trabajando en temas como la ecología, la violencia hacia la mujer y, últimamente, la situación de los inmigrantes, la guerra en Ucrania, el hambre… Me conmueve especialmente la situación de los niños que están completamente desamparados. Ellos están indefensos, dependen de los adultos.
Entonces la idea fue crear una especie de torre de Babel con los cordones de zapatillas, relacionados con la niñez, donde los bebés están atrapados en este mundo. Hay una pequeña esperanza representada por ese bebé que está durmiendo sobre unas hojitas, como único mensaje esperanzador.
Por eso ésta idea de bosque arrasado en cualquier guerra o problema climático. Como idea utilicé una mezcla de piezas que parecen troncos, como los tubos de cinta o el hilo en bobinas.
RC: vos hablas de Ucrania, pero en realidad empezaste hace un año a trabajar en esto y ahora se sumaron más guerras…
MEG: sí, las que quieras, todo va por el mismo lado. Hay una foto tremenda de un bebé que está fallecido en la playa, esa foto me mató. Todo el tiempo tenemos un desastre generado por nosotros.
RC: El vidrio es una parte de todo lo que haces, pero no es lo único.
MEG: En este momento, el vidrio es un elemento muy importante, pero estoy en constante evolución y soy bastante inquieta. He dado talleres de tapicería y restauración de muebles, pintura, vidrio… Hasta la pandemia daba clases, pero luego decidí guardar mi energía para mí misma. Aun así, el vidrio es la parte fuerte en mi trabajo. Mi idea es trabajar a gran escala, por eso indagué también con hierro y soldadura, todo tiene que ver con las artes del fuego.
El hierro me ofrece la posibilidad de crear piezas más grandes. Dados los costos de insumos y la falta de grandes hornos, con el vidrio, para mí, la única forma de lograr una escultura de gran tamaño es a través del montaje o creando algo modular. Por ejemplo, esta pieza llegó a medir 50 centímetros porque la diseñé de manera modular: hice rollos y luego los fui montando en una estructura. De eso se trata lo creativo….
RC: ¿Dónde vivís? ¿En qué zona estás?
MEG: En Canning, Buenos Aires. Soy de Capital, pero me vine acá hace muchos años para tener mi taller.
RC: ¿y actualmente qué estás haciendo?
MEG: Sigo trabajando con vidrio y preparando obra para el próximo año junto con el Grupo de Andrea. La idea es seguir concursando y exponiendo, no tanto para ganar, sino para mostrar mi trabajo y si llegan los premios… se agradecen!!!
RC: ¿Es la primera vez que recibís un premio?
MEG: No, pero es la primera vez que recibo un premio adquisición, esa es la diferencia. Tengo una carpeta con los premios que he recibido, siempre me han premiado y estoy muy agradecida. Han reconocido todo lo que hice, cuadros, esculturas, murales, etc. Sin embargo, nunca había obtenido un premio adquisición, entre casi 90 obras que se presentaron en el salón, es muy fuerte. Además, saber que mi obra, que estuvo dando vueltas en mi taller durante un año, no volverá y formará parte de la colección del MUVI, único museo del vidrio en la República Argentina, es muy importante para mí.
Yo tengo y he tenido mucha suerte. He vendido bastante y he sido contratada por diversas empresas. He creado murales y más de 400 cuadros para hotelería. Uno de mis murales se encuentra en el hall del Hotel de Osecac, mide casi 5 metros de altura y está completamente iluminado. La verdad es que trabajo mucho y de lo mío.
También he participado en Casa Foa con unos peces articulados y en Puro Diseño, donde combiné vidrio con otros materiales. En esa etapa, recién comenzaba y trabajaba con vidrio plano. Hice cuadros con estructura de madera, utilizando cuero, cuero con pelo y piezas de vidrio y alambre. Ahí comencé lo que llamé “Serie Pampa”, ya que me recordaba al campo, a los alambrados y a los animales. El vidrio representaba el sol, el brillo y la luz.
Una vez me preguntaron si no tenía miedo que me copien? Dije que no, porque sé que mañana haré algo nuevo, además si lo copian a Picasso…
RC: ¿Actualmente te sostenés económicamente con tu arte?
MEG: Sí, ahora estoy jubilada y me mantengo con lo que hago de forma particular. Hoy decidí hacer un trabajo más interno, porque cuando estás trabajando y produciendo, a veces te falta tiempo. La pandemia me dio la posibilidad de realizar ese trabajo interno.
RC: ¿Y proyectos a futuro?
MEG: En este momento, mi proyecto es continuar con el taller del grupo de experimentación con Andrea, quien es una máquina de producir, crear, motivar e incentivar. El grupo te retroalimenta, siempre estás aprendiendo cosas nuevas y ella tiene una muy buena mirada. Ya tengo bocetos para la obra que planeo realizar el año que viene.
También quiero seguir con la cerámica, ya que me interesa trabajar en el ensamble del vidrio con la cerámica. Hay artistas que ya lo hacen y son disparadores.
La obra en la que estoy trabajando, que tiene que ver con la transferencia de imagen, también es una obra que la vas a tener que recorrer. Quiero despertar la curiosidad y generar un poco de magia; no se trata de un truco, sino de que cada persona vea algo diferente en la obra, y eso, para mí es mágico.
Siempre he hablado de la magia del fax. A pesar de todo lo que está sucediendo con la inteligencia artificial, el fax siempre me ha parecido mágico. Metes algo físico, como una hoja, y del otro lado del mundo, alguien recibe una hoja. Algo tangible, no un archivo digital. Eso sigue siendo mágico para mí.
Cuando hacía cuadros en cuero y vidrio, invitaba a la gente a tocarlos. Quiero que sientan la textura del alambre, del cuero, del vidrio. Aunque el vidrio es delicado, permito que las personas agarren las piezas con cuidado, para que puedan percibir la temperatura, las texturas y el peso…. que lo experimenten.
RC: Bueno, la verdad es que te felicito, es impresionante todo lo que haces. Participaste en la muestra MENSAJES de Imagen Vitral….
MEG: Sí, llevé una instalación que era un alhajero familiar con forma de comodita francesa, con un marco de un espejo ambos realizados con la técnica de cera perdida, por colada en vidrio bullseye, complementado con imágenes de mi abuela y mi madre. También trabajé con pasta de vidrio, donde reproduje una carta de mi mamá utilizando la técnica de transferencia de imagen donde incluí también el sobre…
RC: Veo que no parás. Me imagino que debe ser el espíritu, porque Andrea es igual, no para. ¿Así es todo el grupo?
MEG: Ella contagia eso y está bueno. Es hermoso contar con una persona tan humilde, sensible, técnica y expresiva, que maneja el material y aparte tenga una cabeza para crear. Es un lujo para nosotros tener a una maestra tan reconocida internacionalmente. La técnica que ella desarrolló para la transferencia de imagen, que no se realiza a través de la serigrafía, es brillante. Ella decidió ofrecerla al planeta en lugar de comercializarla, lo cual dice mucho de ella como persona. Ella fomenta la unión y lo colaborativo y así lo entendemos y actuamos, siempre promoviendo cada una de nuestras individualidades.
RC: ¿Algo que quieras agregar?
MEG: Sí, para mí es importante decir que más allá de lo que a mí me emociona el premio, ¡y mucho! Siento que mi obra no es mejor que ninguna de las que está ahí, porque realmente todas las obras que están en el salón tienen un nivel impresionante. La temática y el lenguaje que trabajé, el cuento que conté, se entendió y fue muy bien recibido por los jurados. Por eso el premio. Pero es fundamental seguir participando, ya que el arte es subjetivo. Recomiendo que visiten el salón; son espacios que debemos valorar y en los que debemos estar presentes para que continúen existiendo. Hay que seguir fomentándolo.
RC: Te felicito por todo, de verdad, y por la energía y la fuerza para seguir creando.
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