Arcilloesclerosis 5

por Julio Gómez - 08/2006

La  arcilloesclerosis es una dolencia de antigua data, seguramente contemporánea del arte cerámico, y se comenzó a conocer y estudiar en los últimos treinta años o menos.
Cuando en el año 1999 instalamos el tema, en el Nº1 de esta publicación, se produjo un fuerte impacto emocional en muchos lectores, ceramistas practicantes, y  también en su entorno familiar. Afortunadamente los casos reales verificados fueron pocos en relación a la expectativa producida. A partir de aquella fecha y en subsiguientes publicaciones fuimos agregando información recibida del exterior, comentarios de gente  que se creía afectada y bastantes anécdotas, algunas de las cuales resultaron muy divertidas.
Hace alrededor de tres meses, tiempo que necesitamos para verificar la información, recibimos una gacetilla de prensa relativa a una institución denominada “Arcilloescleróticos anónimos” donde nos hacían llegar sus datos y también el programa de actividades que utilizaban con el objetivo de rehabilitar a los participantes. Esta entidad, sin fines de lucro, fue producto del encuentro casual de algunos afectados. Lamentablemente las opciones terapéuticas, conocidas hasta la fecha, son escasas y de eficacia no comprobada y se pensó que la autoayuda y el apoyo psicológico podían ser un alivio, aunque sea momentáneo, en la espera de alguna solución verdaderamente efectiva. La gente de “Arcilloescleróticos anónimos” nos pidió que por el momento no publicáramos información relativa a su dirección y ubicación actual pues la gran demanda inicial que habían tenido superó, ampliamente, su capacidad organizativa. Nos aclaraban que esta situación era momentánea y que en  cuanto contaran con la ayuda prometida por algunos importantes sponsors podrían ampliar sus actividades en gran medida. También nos dijeron que en ese momento iban a publicar avisos y notas destinadas a la difusión del proyecto.
Si entre nuestros lectores hubiera benefactores dispuestos a ayudar económicamente a “Arcilloescleróticos anónimos” pueden hacer contacto a través nuestro y todos los ceramistas deberíamos pensar que la próxima víctima puede ser uno mismo.