Las ceramistas Rosa Latorre y Anita Bado participaron en el 17º ENACER realizando el «Mural Sol Rojo» y nos envían esta descripción de lo realizado:
Mural Sol Rojo, Cuerda seca sobre azulejos con imágenes de los comechingones.
«El objetivo que nos mueve para la realización de los murales durante los distintos encuentros en los que hemos participado (ENACERES Y COLECTIVIVO CERRÁMICA URUGUAY) es establecer un vínculo y recuperar la memoria de los pueblos originarios asentados en diferentes lugares de nuestro país, no con una mirada nostálgica pero sí contemporánea en fusión entre el pasado y el presente.
1.En esta ocasión la temática abordada fue sobre los comechingones, pueblo originario que habitó una vasta zona de nuestro país, para ello tomamos una imagen del “sol de los comechingones” que “supuestamente” estuvo emplazado en una cueva dentro del complejo de Los Cerros Colorados, no hay real certeza de la existencia de este sol, nadie vio en la Argentina más que una dudosa foto publicada por el profesor doctor Guillermo Alfredo Terrrera como si fuera algo cierto.
Un estudioso radicado en Buenos Aires: el escocés George Alexander Gardner a partir de 1920 y por espacio de seis años, relevó y luego publicó un impecable trabajo arqueológico sobre las pictografías de los Cerros Colorados en su obra «Rock-Paintings publicada por la Universidad de Oxford en 1931. Su labor fue ejemplar, pasó sus vacaciones estivales en las sierras del noroeste de Córdoba, en compañía de su esposa, relevando cuidadosamente el arte rupestre comechingón que encontró a su paso.
Cuentan, que este sol estaba tallado dentro de una cueva (de 1,60 de diámetro y con un peso de más de 3 toneladas), fue retirado por el arqueólogo George y llevado al British Museum y que se lo quitó en plena guerra de Malvinas (año 1982) pero hasta el día de la fecha se desconoce su destino. Se comenta que se esconde en la Biblioteca del Vaticano.
El sol rojo constaba de rayos en relieve en cuyo centro se veía representado un rostro humano, dicho modelo se asemejaba a una representación del sol de la puerta de Tiahuanaco, Bolivia, y contiene connotaciones con el sol de nuestra bandera. Se lo reprodujo en las medidas originales, en pasta roja con chamote y mica y elaborado por nosotras antes del encuentro, el horneado se hizo en la Escuela de Cerámica Nº1 de CABA. Está compuesto por once partes: 10 sectores de rayos y el rostro (0,60cm), el mismo sufrió una rotura por lo cual hubo que rehacerlo durante el encuentro en Takay Nina, Espacio Cultural de Santa María de Punilla.
2. La técnica utilizada para darle un marco es la cuerda seca con dibujos de las pictografías extraídos de las cuevas de los cerros colorados de origen comechingón son representaciones de chamanes, guerrero masculino, representación femenina, cóndor, lechuza, sapo, piedras pi (elemento de sanación usando el sol como energía), figuras humanas.
Se usaron azulejos blancos esmaltados de 15×15, utilizándose el reverso por razones técnicas. Respetamos el uso de la paleta indígena (negro-rojo-blanco) en todas las figuras. El fondo se cubrió con esmaltes de colores cálidos (pigmentos, esmalte transparente y blanco) con 4 sectores de azules. Llevamos las piezas a hornear en la Escuela de Cosquín, Huanqueros, presentamos en el piso las partes ya bizcochadas y esmaltadas, observándose espacios los que cubriremos con figurillas femeninas comechingonas y con otros elementos producidos en los talleres durante el encuentro del Enacer.
Todo este proceso remarca el carácter colectivo del mural, objetivo final de este trabajo artístico.»